Alejandra

La mamá, Olga con Alejandra y Gilberto.

Gilberto Peláez y Olga Limonchi viven en Villahermosa Tabasco, tienen tres hijos: Daniela de 11 años, Alejandra de 8 años y Gilberto de 2 años de edad. A la pequeña Alejandra le diagnosticaron una enfermedad a muy temprana edad, pero el nacimiento de su hermanito le salvó la vida. Su testimonio es una prueba más del valor de la medicina preventiva y de los avances con tratamientos basados en Células Madre.

Alejandra nació en Tabasco, en marzo de 2001, a temprana edad le detectaron Agenesia Cerebelosa en el Hemisferio Izquierdo y un Estrabismo Convergente, éstos síntomas le provocaban inestabilidad al caminar y algunas caídas, por lo que continuamente presentaba moretes notorios en su cuerpo, dichas manifestaciones dificultaban otro diagnóstico. Su pediatra le diagnosticaba un padecimiento de la piel; sin embargo, su mamá insistía en que debía ser otra la causa. Al paso del tiempo sus síntomas se acentuaron. Alejandra tenía un año y cuatro meses de edad cuando inició con los síntomas que alertaron a su familia. Posterior al nacimiento de Alejandra, sus padres perdieron 2 embarazos, debido a un virus que impedía que se lograran.


Análisis de sangre practicados a Alejandra detectaron un conteo bajo de plaquetas. Recurrieron a un hematólogo para iniciar un tratamiento. No hubo mejoría considerable.

Debido a la insistencia de los padres de Alejandra, a finales de 2004 se le realizaron estudios de médula ósea y se detectó una enfermedad llamada Púrpura Trombocitopénica Idiopática que más tarde evolucionó a Hipoplasia Medular. El conteo de glóbulos rojos y blancos descendió de manera importante, a partir de entonces se iniciaron las transfusiones de sangre. Había una producción deficiente de células. La familia analizaba el trasplante como una posibilidad, sin embargo mantenían la esperanza de que con el tratamiento mejoraría.

Alejandra debía tener cuidados especiales como: no asistir a la escuela, permanecer en casa, no permitirle esfuerzos, controlar su dieta y constantes transfusiones que lograban mantenerla estable. En esta etapa la familia decidió trasladarse a Puebla para realizar el trasplante en una clínica local. Ya en Puebla, diversos exámenes arrojaron el mismo diagnóstico. No respondió al tratamiento convencional, por lo que su doctor decidió realizar un trasplante de médula ósea. Buscando un donador, se le hicieron estudios de compatibilidad a la hermana mayor de Alejandra, de 11 años de edad, sin embargo, no fué 100% compatible con ella. Gilberto y Olga decidieron buscar un embarazo con la esperanza de que su nuevo hijo fuera compatible con Alejandra. Al regresar a Villahermosa se dieron cuenta que estaba embarazada, pero debido al virus que impedía que se lograran, recurrieron a un médico y éste los trató para que finalmente se lograra el embarazo.

El pequeño Gilberto nace en mayo de 2007 y las células madre de su cordón umbilical se enviaron a Guadalajara para su cryo-conservación en Cryo-Cell.

Cryo-Cell envío a Puebla una muestra para estudio de compatibilidad. Los resultados señalaron 100% de compatibilidad con Alejandra. Su doctor se mostró muy sorprendido: “Ha nacido el bebé necesario para el trasplante”, dijo (haciendo referencia a los 2 bebés anteriores que perdió la familia).

Paralelamente, la enfermedad de Alejandra seguía su curso; después de 5 años de tomar medicamentos ya presentaba insuficiencia renal por la Ciclosporina. Días antes de la cesárea de su mamá, Alejandra estaba en el hospital por una baja en su conteo de plaquetas, para ese entonces recibía transfusiones cada 3 semanas y era cada vez más difícil conseguir donadores.

La enfermedad tan prolongada, implicó para la familia muchos retos económicos, físicos, psicológicos y pruebas muy duras a la pareja.

Cerca de la fecha para el trasplante volvió a empeorar su estado de salud debido a su daño renal, afortunadamente se pudo estabilizar.

Se realizó la aplicación de las Células Madre el 1 de julio de 2008 en el Centro Hematológico de la ciudad de Puebla y la mejoría fue muy evidente. No se presentó ninguna complicación posterior, la evolución fue muy clara. La familia permaneció en la ciudad durante un mes después del trasplante, posteriormente regresaron a Villahermosa y volvían a Puebla para revisiones periódicas.

Los padres se percataron de una mejoría notable en la salud de Alejandra. El señor Gilberto menciona que: “Es increíble lo que las Células Madre pueden hacer, al mes de la transfusión Alejandra ya era totalmente normal”.

La familia está muy agradecida con los doctores, amigos y familiares que siempre los apoyaron: “Siempre tuvimos fé en que la niña sanaría, agradecemos que el equipo de Cryo-Cell haya sido parte de este milagro”.