aprendiendo 2Los tiempos cambian, pero hay cosas que generación tras generación se mantienen igual.

 

Por tanto conocimiento que exista y el acceso a la información sea tan inmediato, los nervios de ser mamá por primera vez, o incluso las posteriores, son algo que no se puede evitar, y para esos momentos no hay mejor ayuda que de nuestros propios padres, los futuros abuelos felices de nuestros hijos.

 

Y lo mejor es que ellos siempre estarán gustosos de apoyarte en lo que puedan, ya sean los clásicos remedios caseros y las cosas comunes, desde cambiar pañales, saber lo que significa un llanto o preparar el biberón.

 

Y también son los más indicados para cuidar a nuestros hijos en esos días que no podamos hacerlo nosotras. Pero no exagerar, hay que recordar que son nuestros hijos y que tenemos que hacernos responsables de ellos. La ayuda siempre es bienvenida, pero hay que tener en cuenta que los abuelos son muy consentidores y eso puede hacer que tu hijo se acostumbre a que se le cumplan todos su caprichos.

 

Hay que hablar siempre con los abuelos para decirles las reglas que deberían seguir nuestros hijos. Esto será muy bueno para los pequeños porque así no tendrá mensajes contradictorios acerca de cómo comportarse.

 

Pregunta todo lo que se te ocurra a tus padres, ellos tendrán algo valioso qué compartirte.