Cuando la pareja se convierte en padres construye una nueva etapa de su historia juntos. Ambos tendrán que ir descubriendo quiénes son ahora frente a su hijo. Es cierto que el amor y el vínculo que les une como pareja ahora se verá fortalecido por la llegada del bebé que traerá a sus vidas nuevas experiencias y retos jamás imaginados, pero también pondrá al descubierto diferencias entre ustedes que antes no alcanzaban a notar. El equilibrio se logrará en función del interés de vivir juntos la transición a ser padres y apoyarse mutuamente.

Convertirse en familia entraña una oportunidad que puede ayudar a crecer y madurar a algunos hombres y mujeres, como individuos y como pareja. El riesgo es no advertir que convertirse en padres ejercerá un impacto en el matrimonio. Habrá que estar atentos a éste.

¿Qué puedes hacer para que este período de formación de tu familia sea un tiempo de desarrollo y no de problemas de pareja?

Anticípate, prepárate, lee y acude con tu pareja a un grupo de información sobre crianza

Las parejas que acuden a una instrucción de preparación para el parto, escuela para padres, conferencias o talleres sobre crianza infantil tienen un panorama más amplio de lo que implica su rol de mamá y papá, así como de las necesidades de su bebé y la importancia de trabajar juntos en resolver los retos nuevos. Se muestran menos vulnerables a los cambios propios del momento y manejan mejor el estrés de ser padres primerizos.

Compartan en pareja tus expectativas de la nueva familia juntos

Hombres y mujeres por igual, albergamos sueños y expectativas de lo que creemos es "la familia ideal", "la mamá ideal", "el papá ideal" y creemos que de manera espontánea ante la llegada de nuestro primer hijo, nos convertiremos en "eso". Está comprobado que las parejas que comunican entre sí sus esperanzas y temores resuelven mejor las realidades positivas y negativas una vez que se convierten en padres.

Lo que sientes con respecto a ti mismo, a tu pareja y lo que pasa en tu matrimonio, será parte del desarrollo de tu hijo

La llegada del primer hijo lleva a un nuevo nivel la relación de pareja y con ello también remueve algunos temas personales que tocan la autoestima, el proyecto de vida, las creencias y valores con los que cada uno creció en sus respectivas familias. Habrá que poner especial énfasis en la comunicación entre los dos para compartir sus distintos puntos de vista y lograr acuerdos amorosos e inteligentes que los hagan sentir satisfechos de su paternidad y encaminar sus esfuerzos al óptimo desarrollo de su bebé.

Alimenta al bebé y no olvides nutrir tu relación

A veces mamá o papá se esfuerza por hacer su mejor papel al atender todas las necesidades del bebé y olvida mantener los pequeños hábitos que hacen feliz a su compañero. El delicado equilibrio de compartirse efectivamente entre hijos y pareja se volverá el objetivo de la vida en matrimonio para los próximos años. Serán años de una gran demanda física y emocional. Su amor, su relación, deberá mantenerse siempre bien nutrida a través de los actos cotidianos que le recuerdan a uno lo especial que es para el otro.

Mantengan viva la curiosidad y la actitud experimental

La vida con un bebé implica estar abiertos a descubrir que lo que ayer nos funcionó probablemente hoy no surta el mismo efecto. Hacer adaptaciones de todo tipo, al margen de cómo crece nuestro hijo es parte de la rutina en la crianza. Juntos aprenderán también nuevas formas de responder a los disparadores de estrés que acompañan su labor de padres. Ambos están desarrollando nuevas habilidades, y ser pacientes con el otro, ayudará mucho.

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