Lo primero ante un tema tan molesto como el de los mosquitos es la prevención. Toma precauciones, conoce al enemigo: lugares donde habita, temperatura que prefiere, dónde se esconde. En el verano es común que los mosquitos ronden los lugares en exterior y principalmente de noche.

Mamá y papá son los más efectivos repelentes de mosquitos

Con algunas acciones que conviertas en hábitos, mantendrás lejos de tu hijo a esos molestos bichos:

  • Procura tener en puertas y ventanas mosquiteros para detener el paso de los mosquitos al interior de tu casa.
  • Si vas de viaje o llevas al aire libre a tu hijo, carga contigo una red para mosquitos y ponla sobre la carriola, el porta bebé o su corralito.
  • En la cuna o cama puedes colocar un pabellón para mosquitos desde el techo de la habitación.
  • Si visitas un jardín o la playa donde sabes de la presencia de mosquitos, viste a tu hijo con ropa de color claro que cubra su piel de brazos y piernas. Cubre con sus calcetines la punta de sus pantalones largos en las horas de mayor riesgo. El amanecer y anochecer son los favoritos de los mosquitos y están muy activos a esas horas.
  • Lleva en la pañalera y guarda en tu botiquín, loción o cremita para calmar la comezón y paracetamol, por si es necesario administrarle a tu hijo una dosis que alivie las molestias de una picadura.
  • En la cocina mantén los alimentos y la basura sellados.
Enfermedades graves que transmiten los mosquitos:

El problema de los mosquitos no es tanto el piquete sino la enfermedad que pudieran transmitir a través de éste. Y claro, las lesiones en la delicada piel de los bebés.

El dengue es una enfermedad infecciosa causada por un virus que es transmitido al humano a través de la picadura de un mosquito llamado Aedes Aegypti. Para distinguirlo del mosquito común, éste tiene las patas más largas y presenta manchitas o puntitos de color blanco sobre su lomo. La infección causa síntomas gripales, pero puede evolucionar hasta en un cuadro grave.

Ese mismo mosquito puede ser transmisor de la a fiebre Chikungunya. Los síntomas pueden ser fiebre de dos a cinco días, seguido de un período de dolores en las articulaciones de brazos y piernas. La principal medida preventiva consiste en detener la proliferación de estos mosquitos, eliminando sus criaderos. La Organización Mundial de la Salud recomienda que para prevenir el dengue se deben eliminar los lugares donde el mosquito pone sus huevos, sobre todo en los envases donde se acumula agua como cubetas y botellas; también se recomienda sustituir con tierra o arena húmeda el agua de floreros y macetas.

Insecticidas y repelentes

Existe otro enemigo para la salud de tu hijo disfrazado de remedio: los insecticidas. Éstos son veneno para el bicho, pero también pueden serlo para tu bebé, al respirarlo o entrar en contacto con éstos.

Los plaguicidas aplicados en los hogares pueden ser una fuente de toxicidad para la familia. No existe una sustancia que pueda matar a los insectos sin dañar a los mamíferos. Los humanos somos mamíferos. Evita fumigar tu casa.

Estudios de laboratorio han demostrado que la tetrametrina y la citransflutrina son sustancias cancerígenas y tóxicas para el desarrollo embrionario y la salud reproductiva. Son comercialmente empleados principalmente en la elaboración de insecticidas para casa y jardín de amplio espectro o acción total, en plaquetas para moscas y mosquitos. El patrón de exposición las hace muy dañinas porque se inhalan mientras duerme la familia y los más pequeños son los más vulnerables a intoxicarse. El famoso DDT (dicloro difenil tricloroetano) fue prohibido en 1972 por considerarlo un potencial cancerígeno para los humanos. Ahora existe el DEET (N, N-dietil-m-toluamida) que la Academia Americana de Pediatría sugiere usar. Existen repelentes con concentraciones menores a 30% para niños mayores de dos meses de edad. Su aplicación debe ser cuidadosa:

Aplicación de repelente

Aplicar en las manos del adulto que cuidadosamente lo distribuirá sobre la piel del niño, evitando los ojos, la boca y la piel irritada. Nunca aplicar el repelente en las manos del niño que podría llevarse a la boca el producto.

Una buena opción ante los posibles riesgos de ciertos productos es elegir entre productos naturales. Existen productos derivados de plantas y vitaminas que pueden servir como repelentes.

Productos naturales

Para evitar el uso de químicos tu puedes elaborar tus propios repelentes naturales o conseguir:

  • Citronella
    Puedes encontrar en el mercado productos a base de citronella, que es una planta que repele a los insectos. Existen aceites, lociones, cremas, geles, sprays o velas. Incluso en los viveros puedes conseguir macetas con planta y tenerla en casa.
  • Lavanda
    Mezcla un aceite o loción para bebé con aceite de lavanda y aplícalo sobre la piel de tu hijo.
  • Vitamina B1
    Algunos pediatras recomiendan suministrarle al bebé vitamina B1, que al absorberse, es eliminada a través de su piel por la transpiración que repele a los mosquitos por su característico olor.

No se deben usar insecticidas en el colchón de la cama a menos que la etiqueta del insecticida lo recomiende y sea un producto especialmente elaborado para niños.

No se recomienda el uso de repelentes en bebés menores a dos meses de edad. Y en todo tipo de remedios hay que tomar en cuenta si tu bebé no tiene antecedentes alérgicos que pongan en riesgo su salud.

Ahuyentar a los mosquitos puede resultar más conveniente que aplastarlos, lo cual puede aumentar el riesgo de infección al hacer contacto con la piel humana, de acuerdo a una investigación.

Urgencias

Los insectos que comúnmente causan reacciones graves son las abejas, hormigas rojas o las avispas.

Algunos bebés pueden presentar reacciones alérgicas graves a las picaduras y necesitar tratamiento de emergencia. No dudes en llamar a tu pediatra una vez que observes que la reacción en la piel es muy exagerada o si notas algo fuera de lugar en el estado general de tu pequeño.

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